La llegada (III)

(viene de la segunda parte)

Siferra ocupaba el puesto central en el puente de mando sin perder de vista el planeta creciente que tenía ante sí. Claramente tenía una atmósfera, pero mucho más tenue que la de su propio planeta. Incluso se podía ver parcialmente algunos detalles de su superficie, dominada por un azul intenso y también ciertas área de color verde o marrón con unos bordes bien definidos, tanto que no parecían nubes. Quizás fuera un planeta sólido.

Por otra parte, la doctora Kalimka permanecía atenta a su ordenador, donde recibía ingentes cantidades de datos acerca del planeta “Centro 3”. A cada minuto, la ingeniera jefe disponía de mayor información no sólo acerca de la composición del planeta, sino de la radiación emitida. Una radiación que era fácilmente descodificada para obtener información histórica.

En efecto, una civilización que empezaba a dominar la tecnología habitaba en Centro 3. Disponían de numerosos satélites artificiales en órbita del planeta, algunos de ellos parecidos al que se extravió cerca de Aldebarán. Y los datos históricos y arqueológicos también revelaban información clara sobre el origen.

En la decisión del lugar de aterrizaje sí hubo un consenso rápido y casi unánime. La emisión de radiación era poco frecuente en los polos de Centro 3, lo que parecía señalar que la vida inteligente estaba más concentrada cerca del ecuador y era más infrecuente en los polos. Incluso se conocía con bastante fiabilidad el origen de aquella vida inteligente. Unas regiones llamadas África y Mesopotamia.

El cénit de la humanidad debería estar justo en los lugares donde todo se originó. Era de esperar magníficas ciudades, plenamente desarrolladas y sostenibles. Habitantes que habían alcanzado una sociedad justa, pacífica que habrá derrotado la guerra y el hambre. Sólo una civilización así podría disponer del ingenio para enviar una sonda a una región remota del espacio con un mapa para que sólo quien sepa el lenguaje de la ciencia y del conocimiento pueda encontrarla.

Siferra apretaba los mandos aminorando la velocidad mientras el resto de la tripulación ya estaba preparada para el final de una gran expedición.

Esta entrada forma parte de #Polivulgadores de Café Hypatia en su edición de agosto de 2018. En esta ocasión polivulgamos sobre los #PVexpediciones.

Acerca de Miguel Ángel Martín

Amante de la Divulgación Científica en general y de la Biomedicina y la Astronomía en particular. La Ciencia y su divulgación me han atraído desde muy joven. Admiro leer todo lo que cae en mis manos (libros, blogs, artículos,…) y aspiro a aportar mi granito de arena a la causa divulgativa. La Ciencia y los científicos constituyen una auténtica Atlántida, una civilización subterránea llena de tesoros de incalculable valor. La Divulgación y los divulgadores excavan y tratan de aflorar esos tesoros a la superficie para el conocimiento, gozo y disfrute del resto de mortales. Siempre me gusta tener a mano mi pico y mi pala.
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2 respuestas a La llegada (III)

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